Skip to content

Quiénes Somos

La FUNDACIÓN CENTRO MARIE POUSSEPIN, es una entidad sin ánimo de lucro de carácter privado con reconocimiento jurídico de derecho diocesano, pertenece a la Congregación de Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación-Provincia de Bogotá. Acordes al Carisma de Marie Poussepin, promovemos la solidaridad y el desarrollo socioeconómico sostenible de las personas en vulnerabilidad a través de la búsqueda de aliados para creación, seguimiento, evaluación de proyectos sociales y/o de emprendimiento social, que contribuyan al logro y disfrute de una vida digna de las familias y comunidades.

Nuestras misiones

hermanas_2

Objetivo general

Promover la solidaridad y el desarrollo socioeconómico
sostenible de las personas en situación de vulnerabilidad,
acordes al carisma de Marie Poussepin, mediante fomento
social y en general toda actividad meritoria, así como la
búsqueda de aliados para creación, seguimiento, evaluación de
proyectos sociales y/o de emprendimiento social, que
contribuyan al logro y disfrute de una vida digna de las familias
y comunidades, en los diferentes lugares donde esté presente la
Provincia de Bogotá.

Objetivo general

La FCMP esta dirigida por las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación, llamadas a “Anunciar a Jesucristo” (C 82), anuncio que da sentido a nuestra misión: “predicar”, hablarle al mundo del Dios que llevamos dentro, que nos planifica, nos llena de gozo y nos impulsa al servicio de Caridad. Urge ir a los lugares necesitados de anuncio de la Palabra de Dios.

“Cada una está llamada a descubrir el rostro del Señor Jesús, en el rostro de aquellos y aquellas que encuentra”

hermanas_2

Nuestro Testimonio

Nuestra fundadora, a quien la carencia, la pobreza, la necesidad y el hambre, conmovieron sus entrañas y la motivaron a dejar y salir al encuentro de todos aquellos que esperaban su acción solidaria.

El testimonio hoy, es asumir un estilo de vida caracterizado por la sencillez, la austeridad y la laboriosidad en una sociedad que no sólo nos consume, sino que además nos vuelve consumidoras. La forma en que usamos nuestros recursos y bienes y las opciones que tomamos, dicen mucho al mundo sobre quiénes somos y cuáles son nuestros valores.

Es una urgencia apremiante repensar los criterios éticos que rigen nuestra economía y velar por el objetivo del bien común que es el anuncio del evangelio, nuestra solidaridad marcará huellas en el presente y en el futuro, si realmente testimoniamos con nuestros actos, la calidad de la pobreza evangélica, aquella que nos lleva a entregar con generosidad.

hermanas3