Marie Poussepin
Marie Poussepin nace en Dourdan (Francia), es bautizada el 14 de octubre de 1653 en la Iglesia de Saint Pierre por el párroco Etienne Legou. Pertenece a una familia de artesanos, dedicados al trabajo de confección de medias de seda, tejidas con aguja, a mano. Marie frecuenta la única escuela de la localidad, dirigida por un grupo de seglares piadosas. Es una alumna inteligente y bien dotada, abierta a los otros y a la piedad. Desde temprana edad acompaña a su madre en las visitas a enfermos y su corazón se llena de ternura y de compasión ante su desgracia. Más tarde escribirá “todo debe ceder al cuidado de los enfermos y de los débiles, es a Jesucristo a quien se sirve en su persona”. También es atenta con los niños que asisten al taller familiar. Cuando llega a ser educadora su principal preocupación será, “hacer conocer y a amar a Jesucristo” y formar en las virtudes del evangelio a los alumnos de su pequeña escuela.
El Señor la llama a una vocación más amplia y a su único servicio. En 1696, después de haber oído hablar sobre la ignorancia y la miseria de la aldea de Sainville, distante 17 kilómetros de Dourdan, decide dejarlo todo para entregarse totalmente «al servicio de la caridad”, “a la utilidad de la parroquia”. ¿De qué manera? Formando “una comunidad de la Tercera Orden de Santo Domingo, para instruir a las niñas y servir a los enfermos pobres del pueblo”.
Hoy las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación, fieles al proyecto de su fundadora, trabajan al servicio de la Iglesia en 36 países, de cuatro continentes. Marie Poussepin fue beatificada el 20 de noviembre de 1994 en Roma, Italia, por el papa Juan Pablo II.